Ha llovido barro, sapos y cumpleaños,
tres o cuatro vidas que contar.
Con la culpa a cuestas, infierno del cobarde,
sin malabarismos que inventar.
Y no hubo más sonrisas, ni un último café,
perdimos la fe, nevó aquel invierno.
Borrar olores, marcas de frenos,
fotos que descolgar.
Ropa apretada en bolsas de basura,
ahorcada en la duda no quiso bajar…
… de aquel tren sin destino, del vagón del carbón.
Nadie quiere vivir del reproche y el frío,
nadie debe vivir del reproche y el frío.
Dinamita, explosión y un “se busca” en la pared,
¿cómo pude ser tan cruel,
prometerte un mañana?
Dinamita, explosión y un “se busca” en la pared,
¿cómo pude ser tan cruel,
dejarte en la estacada?